Me da una gran felicidad ver a mi madre allí, meciéndose en su mecedora. Me da mucha alegria con solo verla reír, me gusta cuando la veo recorriendo cada rincón de la casa. Mamá, me gusta que trates de cuidarme y aconsejarme.
Mamá, con solo ver tus ojos mi día se llena de felicidad, con solo verte reír me doy cuenta que no tengo porque estar triste ya que te tengo aquí. Mientras más pasa el tiempo me doy cuenta que te pareces más a un ángel.
Madre ver tus hermosas arrugas en el rostro me da a entender que ya estas envejeciendo. Eres el ser más especial que tengo. No hay ni habrá un amor más sincero que el tuyo.
De joven no me di cuenta del amor que te tengo, te tenía como una “amiga” más, pero al pasar el tiempo me di cuenta de lo mucho que te amo mamá, mucho más de lo que creía en mi juventud. No me di cuenta pero con el tiempo me percaté que eres lo más grande que hay después del Señor.
Mami te amo mucho, te respeto y te cuidare en tus años dorados cuando se vuelve a ser niños, cuando tu vida va desapareciendo ante tus ojos.
Ahora que estoy contigo, te mimare, seré tu bastón y fortaleza. Te cuidare como me cuidaste a mí. Sé que no será fácil acostumbrarme a que ya estas envejeciendo a aceptar que tendrás cambio de humor, a que olvidaras cosas.
Mama definitivamente eres mejor ahora que nunca. Mucho mejor. Eres más inocente, más optimista, más amorosa, más transparente, más tierna, más llena de luz y sonrisas. Tu vida me causa paz y alegría.
Mamá cuantos más años pasan, más te admiro, más te aprecio y más amor te tengo.