La salud es una de las cosas que más debemos apreciar en la vida, pues no hay otra cosa que tenga mayor importancia como nuestra salud.
Y es que sin salud no podemos disfrutar de las cosas buenas de la vida ¿no lo crees así?
Muchos de nosotros no valoramos lo que tenemos y cuando lo perdemos nos damos cuenta de lo valioso que era, tal sucede con la salud, la cual si no nos muestra señales que no está perfecta pues simplemente la descuidamos y no confirmamos que todo este bajo control y si hay problemas que debamos mejorar.
Pero hay personas que nacen con padecimientos que a lo largo de su vida la van sufriendo hasta que el día de su muerte llega, batallan y batallan pero no logran sobrevivir y ese es justo el caso que hoy te traemos.
Si quieres conocer esta historia te agradecemos que nos regales unos minutos de tu tiempo y la leas, estamos seguros que no te arrepentirás y aprenderás una lección de vida importante.
Pequeña gran luchadora, así llamaran a su hija que padecía de cáncer
El caso que hoy te traemos trata sobre una niña a quien desde los 4 años le diagnosticaron leucemia.
Abby Furco fue diagnosticada en el año 2011, tal como te dijimos, cuando solo tenía 4 años de edad, es más tenía un 20% de probabilidad de sobrevivir según lo que dijeron los médicos.
Abby fue sometida a tratamientos de quimioterapia, proyectos de medicina en desarrollo e incluso hasta recibió un trasplante de médula y para el año 2013 todo parecía ir perfectamente pues incluso había ingresado al colegio y podía disfrutar una vida normal, pero el cáncer volvió peor que la vez pasada.
La pequeña fue sometida nuevamente a otro trasplante de médula pero luego de 15 días empeoró más, tanto que la misma médula que había sido trasplantada la atacaba. Sus riñones se dañaron totalmente y fue ingresada a cuidados intensivos, y que sino se le dializaba podía fallecer tan solo en 48 horas.
Sus padres y la familia solo esperaron lo peor y se prepararon para darle el último adiós cuando de repente Abby, abrió los ojos y dijo “tengo mucho por vivir” lo que dejó a quienes se encontraban presentes muy asombrados y estupefactos.
Los médicos también están asombrados ya que semanas después la niña empezó a recuperarse en incluso a caminar y sentirse mucho mejor, así lo relata su madre, Patty.
Abby aún está bajo tratamientos para que no tenga recaídas y regrese al hospital nuevamente.
En septiembre cumplió 11 años y sigue más fuerte que nunca. ¿Qué te parece?
Realmente una historia muy esperanzadora que esperamos te haya gustado y te animes a compartir con tus amigos y familiares.