Muchas personas tienen problemas con la glándula tiroides y ni siquiera son conscientes ellas. Una obesidad frecuente o incapacidad para perder peso, indica un mal funcionamiento de la glándula tiroides.
Puede ser un problema grave si no se detecta a tiempo o si no se trata adecuadamente. Si tienes algunos síntomas similares, no tienes que acudir inmediatamente al médico, primero puedes hacer tu propia prueba de casa, que le dirá qué hacer a continuación.
Esta prueba es muy simple y se conoce como prueba de Barney. Todo lo que necesitas es un termómetro. En primer lugar, debes agitarlo bien y asegurarte de que no muestre una temperatura superior a 35 grados Celsius (95 grados Fahrenheit).
Dejarlo en tu mesita de noche junto a la cama y lo primero que vas hacer cuando te levantas por la mañana es ponerlo en la axila, sin tener nada de ropa. Debes dejarte el termometro por unos 10 minutos y anota la temperatura.. Dependiendo del resultado, hay diferentes diagnósticos.
Si tu temperatura está entre 36.5° C (97.7° F) y 36.8° C (98.2° F), la glándula tiroides está funcionando normalmente.
Si tu temperatura es inferior a 36.5° C (97.7° F), entonces el trabajo de la glándula tiroides es más lento. Los síntomas son: depresión, falta de energía, fatiga, infecciones, dolores de cabeza crónicos, pérdida de cabello, falta de concentración y de memoria.
Si tu temperatura es superior a 36.8° C (98.2° F), entonces la glándula tiroides está funcionando más rápida o podría tener una infección en el cuerpo.
Para garantizar la precisión del resultado, debes repetir la prueba tres días seguidos. Si tu temperatura está por encima o por debajo del límite permitido, es mejor que te pongas en contacto con tu médico.