Dicen que no todos están preparados para ser padres. es por eso que dios escoge a quienes darle esa bendicen, ese regalo que llenara tu vida de amor por siempre. Si te toca ser padre, nunca reniegues de eso, jamás se debe rechazar un regalo de Dios.
Dar vida es un don, que Dios solo le dio a la mujer, un regalo que aunque empieza con dolor, en pocos segundos se vuelve amor incondicional a ver la carita de ese ser que trajiste al mundo.
Cada sacrificio hecho para ver nacer a un pequeño vale totalmente la pena. Por eso no debes negarte a sentir la dicha de ser bendecido por dios, al hacerte madre o padre.
Es verdad que los bebes no vienen con manual de instrucción, pero en el fondo de tu corazón sabrás que hacer, como cuidarlo, mimarlo, quererlo y educarlo, bajo las leyes del hombre y de Dios.
La bendición de Dios en nuestras vidas
Criar un hijo es una labor muy importante, es encaminarlo por el sendero correcto, es estar ahí cuando te necesite, escucharlo y corregirlo cuando cometa un arreo. Pero todo desde el respeto, la confianza y la fe.
Los que son padres, saben lo que vale una lagrima sonrisa de un hijo. Sienten su dolor y su alegría. Es como tener un pedazo de ti y verlo crecer cada dia, con la esperanza de que la educación que le das, lo haga un hombre o una mujer de bien.
La mayor bendición, que un hombre y una mujer pueden tener, es ser padres. y cuando eso ocurre solo queda pedir a Dios que bendiga a ese pequeño, que le brinde toda su protección, para que pueda tener una vida feliz y algún día forme su propia familia.
A pesar de que los hijos son un regalo de dios debemos aprender, a que no los podemos retener, que llegara un momento en que alcen el vuelo, deben tomar sus propias decisiones, para tener la vida que sueñan. El deber de los padres y cuidar, educar y guiarlos hasta que puedan hacerse responsables de su vida.
“Enseñarás a volar, pero no volaran tu vuelo, enseñarás a soñar, pero no soñaran tu sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Sin embargo… en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño, perdurará siempre la huella del camino enseñado.
Si confías en todo lo que le brindaste a tu hijo, sabrás que tomara el camino correcto. Además tienen la bendición de Dios, por lo tanto nada malo les pasara.
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